Me resulta muy difícil describir en unas pocas líneas todo lo vivido durante mi estancia en el Colegio Almedia, pero voy a intentar (como dirían los Profesores de Lengua) hacer una síntesis.
Mi etapa en el Colegio comenzó en el primer curso de la E.S.O, y sinceramente tengo que decir que al principio lo pasé un poco mal, debido a tanto cambio en tan poco tiempo (uniforme, compañeros/as, infraestructuras, profesores/as, etc), pero poco duró este malestar.
Fueron pasando los días, semanas y meses, y cada vez me sentía más a gusto con mis compañeros/as, en el aula, en el colegio e incluso, a veces, con los profesores/as. Acabé aprobando primero, pasando a segundo y entrando en la "Edad del Pavo", junto a mis compañeros/as, por la puerta grande. ¿Qué es esta "edad"? risas, juegos, granos, amistad, prototipos..., y un sentimiento de amor-odio-respeto-rebeldía...y que se yo, hacia el equipo docente.
Pasé segundo, tercero y llegué a cuarto, con las ideas un poco más claras pero sin ser consciente de lo que estaba pasando, es decir, estudiaba y trabajaba porque era lo que se suponía teníamos que hacer. Así fue pasando el tiempo: estudiando, riendo, jugando, aprendiendo,..., creciendo, madurando.
Acabé cuarto y pasé a bachiller, con lo que esto suponía, es decir, ya no estaba obligado a seguir estudiando, tenía que tomar decisiones importantes para mi futuro, era responsable de mis actos y empezaba a gustarme y motivarme (de verdad) algunas de las cosas que estudiaba. También el sentimiento hacia los profesores/as estaba cambiando, pasando a una especie de sentimiento de "amistad", confianza, respeto y creencia; y con mis compañeros/as...,sin palabras. Cada vez había más nivel, la nota ya era decisiva para poder elegir estudios universitarios, las palabras agobio, trabajo, esfuerzo, falta de tiempo, nervios, etc, cada vez se entrelazaban más en las de juego, risa, amistad, fiesta, peleas, etc.
Con esto pasé a segundo y último curso de mi etapa en el Colegio Almedia, curso que recuerdo se me hizo muy corto, que trabajé mucho y que despertó muchos sentimientos positivos. En un abrir y cerrar de ojos estaba vestido de traje junto a mis compañeros/as, esperando intercambiar un apretón de manos por un diploma que resumía, de alguna manera, mi etapa en este centro.
Fue en esta última etapa donde el sentimiento hacia mis profesores/as había madurado, pasando a ser asesores y amigos además de profesores. Como también fue la etapa en la que se acabaron de forjar amistades muy especiales. Muchas de las cuales conservo y, por desgracia, otras muchas se han distanciado.
Por todo ello, quiero dar las gracias, por haber contribuido a ser quien soy, a todo el equipo de profesionales y alumnado (compañeros/as) con los que he tenido la oportunidad de interactuar.
Balanç personal de la etapa ... més que positiu